A medida que envejecemos, nuestros rostros no siempre comunican lo que deseamos y en la mayoría de los casos se debe a las arrugas de expresión, que se forman por los movimientos faciales repetitivos, como fruncir el ceño, sonreír o entrecerrar los ojos.
Son las también conocidas como arrugas dinámicas. Estas arrugas por lo general comienzan a aparecer en torno a los 25 años.
Estas arrugas pueden tratarse de diferentes formas, teniendo en cuenta factores como dónde se encuentra la arruga, si sigue marcada cuando dejas de hacer el gesto que la provoca, y muchos más. Tu médico estético te guiará para encontrar la mejor solución a tus preocupaciones.
Podemos relajar la expresión, rellenar la arruga, educar al rostro para disminuir los movimientos, todo suma para que esas arrugas que aparecen al gesticular no se queden marcadas, haciéndonos parecer serios, enfadados o tristes.